martes, 27 de marzo de 2012

Just be true to who you are.

Todo lo que nos rodea son miradas. Y no miento cuando digo que son diferentes, al igual que desagradables. Como si de un disparo se tratara, al segundo siguiente todos mantienen su atención y descubren el horror que han podido captar con sus propios ojos. Descubren a una bestia, solo por llevar una perforación en la oreja. Quizás por ser un cuatro-ojos, tener las orejas de soplillo, tener sobrepeso, vestir de manera extravagante... Ahora os preguntaréis, ¿cómo puede rebajarse la gente de esa manera? Pues esa pregunta os la podéis hacer vosotros mismos. Seguro que, al menos una vez en vuestra vida, habéis mirado mal a alguien. Seguro que si preguntara hasta a uno de mis mejores amigos, asentiría de tal manera que la incertidumbre desapareciese. Pero, queridos amigos, vosotros no sabéis nada de lo que en realidad somos, tanto fuera como por dentro. A saber lo que te puedes esperar de una chica voluptuosa, larga cabellera y medidas casi perfectas, o de un tipo musculoso, tonificado, de unos ojos azules escandalosamente provocativos, ¿sabrán de verdad cómo somos por dentro? ¿Sabrán lo que sentimos cuando recibimos tal golpe? Y lo peor es que luego recurren a los insultos, a lo que se le llama 'acomplejar' a los demás. ¿Qué cojones me estás contando, chaval? Aunque no seamos perfectos, somos MEJORES PERSONAS, aquellas que sobreviven sin el miedo a mirarse mal y decir 'pues es cierto lo que dicen'. Mejores personas, grado comparativo de superioridad de lo que en realidad te crees tú que eres. 
¿Alguna conclusión? Sí, una muy importante. A pesar de cómo seas, de cómo te veas en el espejo, si los de tu alrededor tienen huevos a decirte cosas por la calle, aprende a quererte. Aprende a apreciarte, a decir que esto lo tengo yo, y no los demás. A sonreír cada vez que los 'semidioses' te miran mal. A no acabar con problemas como el bullying, y acabes suicidándote como inútil gesto de impotencia. Sé feliz contigo mismo, sé natural.


Sé que lo que digo no es nada del otro mundo, que a vosotros no os puede parecer una novedad, pero sigue habiendo ejemplos de personas que mueren por esa razón, por no estar a gusto consigo mismo, y que por ende, los demás se transforman en los depredadores que posteriormente desgarrarán el cuerpo, que lo dejarán al descubierto y en vergüenza. Entonces, el día que cambie esto, el mundo será más justo. Para todos.

domingo, 11 de marzo de 2012

¿Sufrir?

Estoy acostumbrado a sufrir. 9 de cada 10 sensaciones tienen que ver con el dolor, tanto emocional como psíquico. Pensaba que años después cambiaría, que mi organismo hubiera sufrido una metamorfosis, que esa inocencia que mantenía en mi infancia desapareciese, se esfumara y se perdiera por el mundo, persiguiendo a otro desgraciado. Son años y años, y aún falta esperar otros cuántos más, por el mero hecho de no haber cambiado ni un ápice. Es más, si miramos hacia delante, vemos a todos aquellos compañeros que tuvimos hace años, cuando sólo éramos unos niños. Y entonces es cuando te acomplejas, por pensar que el haber cambiado hace de alguien un ser mejor, cuando en realidad no significa nada. ¿Pero por qué sufrir? ¿Por qué estoy acostumbrado? Quizás no estoy sufriendo yo, y son los demás. Quizás las 9 de cada 10 sensaciones que siento en mi interior tienen que ver con la plena felicidad por no necesitar a nadie más que a un grupo pequeño de amigos, por estar feliz conmigo mismo y sobre todo, viendo hacia delante y contemplar los complejos que son capaces de sacarse los demás, unos a otros, sin pensar en el daño que se pueden hacer. Y luego ves a esos compañeros de la escuela, cambiados, para peor, una generación de 'ni hago esto, ni hago lo otro' y piensas: yo soy la solución a este gran problema. 

Ahora que lo pienso, soy yo el mismo que establece una sensación de incomodidad hacia mi persona, cuando en realidad eres la oveja negra de un rebaño de la misma masa. Eso que te hace diferente, aunque tú lo veas como un defecto, es lo que te caracteriza como persona, y lo que en realidad, te sube el autoestima. Mira a tu alrededor, y siéntete orgulloso de ti mismo.